Celia Ortega Serrano. Sí, gigante. Una persona increíble.
Érase una vez, una chica que entró nueva a un instituto… y la conoció. Pasaron volando, pero estuvieron dos meses muy unidas. Ahora, no. Cosas del destino será. Pero esa chica dice que la echa de menos. Que antes no podía imaginarse el cómo sería vivir sin ella, y que ahora, imaginarlo, es la única forma de recordar cómo fue todo. Rápido. Muy rápido. Intenso. Muy divertido. Pero sobre todo muy pleno. Lleno de sinceridad y cariño. Eso es la amistad.
Se sientan en mesas contiguas. 6 horas al día. 5 días a la semana. 22 días al mes. Pero no. No es lo mismo. Ya nada será igual.
Y le da por recordar momentos. Tardes. Noches. Llamadas telefónicas.
Pero, ¿de qué sirve ya? Para echar de menos, sirve para echar mucho de menos… Y más que la echará… Pero seguirá estando ahí. En el pupitre de al lado, con sus habituales ganas de hablar con Celia.
ATTE: La chica del pupitre de al lado.
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