De cómo Peter Pan me quitó demasiado.

Querido:

Sabes de sobra que somos devoradores de horas profesionales, temo quedarme contigo Entre lo Uno y lo Otro demasiado tiempo. Es por ello que te pido un favor, ¿podrías quitar de mi vocabulario la palabra <<demasiado>>? Así se disiparía toda preocupación al respecto. No creo que te cueste mucho, supongo que te las ingeniarías para sustituirme <<demasiado>> por algo similar que no me asuste tanto.

Por cierto, mencanta eso de que hayas descubierto que siguiendo al alba la segunda a la derecha todo recto NO solo llegues a Nunca Jamás sino que puedas dar conmigo siempre que te plazca.

Mañana probaré suerte, como siempre, y nos lloverá, y lo sabes, así que nos veremos…

¿A qué hora? ¿En dónde?

¿Y es que alguien lo sabe?

El tercer síntoma de la muerte de nuestros sueños es la paz. La vida pasa a ser una tarde de domingo, sin pedirnos cosas importantes y sin exigirnos más de lo que queremos dar. Pero, en verdad, en lo íntimo de nuestro corazón, sabemos que lo que ocurrió fue que renunciamos a luchar por nuestros sueños.

 

NT.(:
[...]No lo habíamos buscado...Dulces promesas y jóvenes mentiras...¿Por qué te escapas ahora? Te hace daño el pasado. Recuerda que no fue casualidad...