Aprende a saborear la vida, puede parecer fácil, pero en el fondo es la tarea más difícil de todas.





-Por qué te quiero,en 65 palabras:
Te quiero porque creo que entiendes como soy.
Te quiero porque a ti te puedo contar lo que a nadie le puedo contar.
Porque puedo sentir que mi vida a tu lado cobrará sentido y dejará de ser vacía.
Te quiero porque me dijiste que te gustaban absolutamente todos mis lunares, y eso nadie me lo habia dicho jamás.


Te quiero tanto que me gustaría...


-¿Qué te gustaría?


-No sé, no lo he podido escribir... Se me agotaron las palabras, 65 son muy pocas, ¿no?


-Si, son pocas.


jueves, 13 de mayo de 2010

Alguien capaz de escribir esas palabras que hacen soñar.

Hay veces, en las que solo te apetece hacer una cosa. Llorar. Porque hay personas que sólo buscan hacer daño, buscan dolor, buscan lágrimas... O a lo mejor no lo buscan, pero lo encuentran... Un contrasentido, ¿no?.




Es posible, y es probable, que pienses que todas las cosas que haces y has hecho por esa persona, no merecen la pena, porque todo se resume en una palabra: sufrimiento.







Y hay veces en las que sólo piensas que nada te sale bien, que nada te saldrá bien, o que todo lo que haces está mal, y todo se vuelve a resumir en la misma palabra: sufrimiento.




Pero te equivocas.




Ese absurdo sentimiento que hace tanto daño, y que crees que no pasará nunca, pero que si pasa, al final pasar, pasa. Porque a veces dos semanas pasan deprisa. A veces parece que no pasen nunca. Y ésta es una de esas veces. Pero debería resultarte agradable llenar ese tiempo que ya no es libre, ni perdido, ni regalado. Ese tiempo forzado, a la espera de un disculpa.



Porque no deberías preocuparte por el futuro. O preocupate si quieres, pero sabiendo que eso ayuda lo mismo que masticar chicle para resolver una ecuación matemática. Los problemas verdaderos de la vida seguramente son cosas que ni se te habían pasado por la cabeza, de esas cosas que te cogen por sorpresa a las cuatro de la tarde de un martes perezoso. Pero cada vez que te asustes, haz una cosa: Piensa. Piensa en todas esas veces que a brillado el sol por la mañana, en los días en los que todo te ha salido a pedir de boca, en las ocasiones en las que solo ha hecho falta una llamada telefónica para sonreír, o dar una vuelta, o simplemente, hablar. Piensa en todas las veces que alguien te ha dicho que te quiere, sea quien sea. Piensa, que te quiere más de lo que dice...

Y simplemente, eso te hará ser feliz, aun que solo sea durante un rato, pero serás feliz. (:








[...]No lo habíamos buscado...Dulces promesas y jóvenes mentiras...¿Por qué te escapas ahora? Te hace daño el pasado. Recuerda que no fue casualidad...

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